La pregunta que más recibo gira en torno a la /r/.
¿Cómo ayudo a mi niño que no dice la R? ¿Es que solo dice la /r/ al principio de las frases? ¿Cuándo es el momento de intervenir? ¿Me preocupo o lo dejo estar?
Y así… erre que te erre con la erre.
¿A qué edad es «normal» decir las distintas R?
Lo primero es saber que el proceso de adquisición del habla es amplio y complejo e intervienen diversos factores de desarrollo y ambientales.
Muchas veces en los niños qué no dicen la R fallan más sonidos o más parámetros de desarrollo, pero ciertamente lo que suele llamar la atención es que no diga la /r/, por ser un sonido tan vistoso, o mejor dicho, tan sonoro, que nos permite detectar su ausencia con rapidez.
La dificultad para decir la /r/ suele ser señal de alguna falta de madurez o de destreza motora o de algún patrón emocional. Así que resolviendo la /r/, si lo hacemos de forma integral, podemos resolver todo este otro paquete de factores.
Sin embargo, no debemos ser alarmistas, porque por sus características la /r/ es uno de los fonemas que los niños más tardan en adquirir.
Las edades de la R:
- 4 años: la R suave de madera.
- 5 años: la R fuerte de perro.
- 6 años: la R trabada de tronco.
¿A qué edad es necesario acudir a un especialista?
Mi recomendación es «ni esperar ni desesperar».
Lo cierto es que no te recomiendo llevar a un niño de 4 años a una terapia a base de ejercicios mecánicos, fríos y repetitivos. Porque puede ser incluso contraproducente, ya que tomar conciencia de que tienen un problema a esas edades tan tempranas lo único que hace es fijar ese problema.
Una intervención inadecuada puede hacer que se quede con la idea de que el lenguaje es un obstáculo, un incordio y un aburrimiento, y esa creencia puede limitarle durante años.
Por eso en toda mi metodología una de las pautas centrales es evitar que el niño tome conciencia de su problema. Y si ya es consciente de su dificultad, ayudarle a resolverlo sin que se de apenas cuenta.
Adorna los ejercicios con un poco de magia
Otra recomendación que te hago es que incorpores el juego y la imaginación, que el niño no sienta que está en terapia, sino que viva “un viaje fantástico”, durante el cual realiza Rimas con Movimiento®️ y otras actividades específicamente elegidas para ayudarle con la /r/.
Lo bueno de esta forma de abordar el rotacismo (y cualquier dislalia) con las Rimas con Movimiento®️ es que es tan respetuoso que puedes hacerlo tranquilamente a partir de los 4 años e incluso antes.
Y es tan sencillo que puedes realizarlo en casa o con todos los niños de la clase. Así, además de ayudar a aquellos con el problema específico de la R, das un buen empujón al desarrollo del lenguaje de todos.
Efectos «secundarios» de la R
Cuando los niños mejoran la claridad y precisión con la que dicen la /r/, consiguen claridad y precisión en su lenguaje en general. Y eso trae mejoras inmediatas en su autoimagen, autoestima y les aporta más presencia. ¡Además de inundarlos de energía y alegría!
Es súmamente importante facilitar en los niños un lenguaje nítido y bien configurado, ya que los empodera a nivel mental y emocional.
Siempre es buen momento para ayudar a los niños a mejorar su habla y lenguaje. Lo importante es saber cómo hacerlo de la manera óptima para su etapa evolutiva.
Como este tema da para mucho, y genera tantísimo interés voy a dar un taller on-line específico sobre este tema: