Gabriela González, psicoterapeuta, nos explica cómo gestionar con los niños emociones como el enojo y la ira, que pueden ser muy incómodas.
Porque si no las manejamos bien, y a tiempo, pueden derivar en comportamientos agresivos y violentos.
Nos invita a reflexionar sobre cómo nos sentimos ante estas emociones, de dónde vienen esas emociones, cómo ayudar a los niños a canalizar su enojo, cómo canalizar el nuestro propio…
Antes de mirar el enfado de nuestros hijos, es imprescindible que veamos el enojo en nosotras… ¿Que provoca esta energía? ¿De dónde viene?
¿Qué te pasa a ti cuando alguien se enoja mucho contigo?
Si eres mujer y tienes 30, 40, 50… años probablemente tendrás un tema con la ira, porque es una energía qué ha estado muy castrada en nuestra sociedad, sobre todo en las mujeres.
Una cachetada duele un rato y humilla, pero lo qué realmente deja huella es «qué te quitan el amor».
Si no puedes manejar tu enojo, tampoco puedes manejar el de los demás y menos aún el de los hijos qué se supone qué «nos tienen qué respetar».
Tu, ¿cuándo te enojas?
Cómo descargar la ira de una manera sana
Así como nos cargamos de emociones, tanto agradables como desagradables, del mismo modo tenemos que poder descargarnos.
Igual qué comemos para cargar nuestro cuerpo de energía, necesitamos soltar lo qué ya no nos sirve.
Es una necesidad fisiológica, qué no está ni bien ni mal.
Sin embargo, esto no se hace en cualquier lado ni contra nadie «no voy cagando por ahí, en el sofá o encima de la gente».
Al igual qué descargamos la comida solos en la intimidad y no usamos al otro como nuestro baño, debemos aprender primero y enseñar a los niños después a descargar su ira, sin arrojarla a otra persona.
Igual qué enseñamos a los niños que es natural hacer pis y caca y que hay un lugar específico para hacerlo, debemos enseñarles cómo gestionar sus emociones.
Mostrarles que es legítimo tener ese tipo de emociones. Porque que las reprimamos no significa que no estén.
Un niño buenito, qué no explota, no es qué no tenga pólvora, sino qué en vez de explotar implosiona, su ira va para dentro y puede qué tenga dolores de tripa… o qué llegue la adolescencia, termine su sobreadaptación y se vuelva una «bomba de relojería.»
Paso a paso
- Validar sin juzgar y separar la acción del ser.
Es muy distinto pensar «Mi hijo está enojado y tiró la silla (me refiero a la acción)» a «mi hijo es agresivo». - Permitir que nuestro hijo sienta y exprese, si puede con palabras, lo que le pasa. Que ponga nombre a la razón de su enojo.
- Mostrarle cómo puede descargar su frustración sin dañar ni a objetos ni a personas ni a sí mismo.
- No tomarlo como algo personal, no sentirnos atacados. Saber separar qué aunque tu hijo está enfadado te sigue queriendo.
Ideas para descargar la ira y la frustración
(Recuerda qué hoy estamos hablando solo de mayores de 6 años).
- gritar en el patio o en un sitio al aire libre
- dar puñetazos al aire en todas las direcciones
- salir a dar una vuelta corriendo,
- saltar
- tocar la batería….
- gritar en el patio o en un sitio al aire libre
En realidad, cualquier actividad física qué permita dar salida a toda esa energia sin juzgarla y sin que se vuelva destructiva o autodestructiva.
El enojo es energía y nos conecta con nuestra propia fuerza.
Gabriela González es psicoterapeuta, cofundadora de Niños de Ahora y del programa Paternidad efectiva.
https://ninosdeahora.tv/