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Cómo influye tu postura corporal en los niños

En ocasiones hemos hablado de la manera en que nuestro tono, nuestra forma de decir las cosas influye en los niños hasta el punto de cambiar su comportamiento.

Hoy vamos a ver cómo nuestra postura, nuestro lenguaje corporal, nuestra presencia puede hacer que los niños se comporten de una u otra manera.

Puedes ver el vídeo o leer un resumen debajo, lo que te resulte más cómodo:

Escuchan tu cuerpo y tono más que tus palabras

Los adultos nos solemos preocupar solo por lo que decimos, sin prestar tanta atención a cómo lo decimos. Sin embargo los niños justamente captan nuestro lenguaje no verbal, no nuestras palabras. Y cuanto más pequeños son, más aguda es esta percepción. 

¿Cuál es la relación con nuestro propio cuerpo? Sabemos ya que los niños aprenden por imitación Y si yo le digo al niño «haz esto» es una orden que no le llega realmente,  pero si me ve a hacerlo es muy diferente.

Damos muchos mensajes inconscientes a través de nuestra postura y nuestros gestos. Y de estos, muchos mensajes incoherentes: con nuestras palabras decimos una cosa y con nuestro cuerpo decimos lo contrario. 

Puede que estemos llamando a un niño a comer y a la vez de forma directa a través de nuestro gesto y movimiento corporal le transmitimos «Ay lo cansada que estoy y cuánto me duele la espalda y ahora acabo de discutir con papá y como tú no hagas esto va a ser la gota que colma el vaso». 

Esa falta de coherencia entre que las palabras dicen una cosa y el cuerpo dice otra, confunden el mensaje. Muchas veces no nos hacen caso,  porque a lo que están obedeciendo es al mensaje entre líneas. 

Así que una de las razones por las que merece la pena observar y ser conscientes de nuestro lenguaje corporal es que de este modo lograremos comunicarnos con los niños con más claridad y efectividad. 

Los niños imitan tu postura y tus gestos

Los niños están en pleno desarrollo de su conciencia corporal.  Y desde nuestro propio modelo y cómo estamos en nuestro cuerpo podemos facilitarles o no esa tarea. 

Hoy en día somos habitantes del escritorio. La mayoría de las personas adultas estamos sentados una gran parte del día frente a una pantalla o, peor todavía, sentados en el sofá con mala postura.

Un niño sano de dos años, de un año y medio siempre tiene una postura perfecta. 

Lo que pasa es que como imita a sus adultos de referencia, a sus padres y educadores y si la postura de éstos no es adecuada, se altera la suya.

Por eso tenemos una gran responsabilidad en cuanto a la postura corporal que les estamos transmitiendo a través de nuestra propia postura.

Los menores de dos años cuando se sientan en el suelo mantienen su espalda recta y las piernas hacia adelante. No les duele, no se encorvan.

Una vez observé a una maestra que estaba sentada en el suelo rodeada de niños. Cantaban una canción a la vez que levantaban la piernas de forma alterna.

Cuando pasas mucho tiempo sentado el músculo psoas se acorta. Esa maestra debía tenerlo acortado porque para levantar las piernas necesitaba echar la espalda para atrás.

Al principio los niños levantaban las piernas de la forma natural, con soltura y manteniendo la espalda perfectamente recta pero, como en el estribillo de la canción ese movimiento se repetía una y otra vez, los niños dejaron de hacerlo bien y empezaron a echar sus espaldas para atrás también, aunque ellos no tenían ninguna necesidad fisiológica para hacerlo.

Los niños tienen una sabiduría innata pero el patrón de la imitación es más fuerte que esa sabiduría.

LCaminan sin ningún problema descalzos por las piedras y es muy sano que puedan hacerlo. Nosotros vamos con zapatos estrechos apretados, no nos quitamos los zapatos y no tenemos una conciencia de los pies y de su bóveda. 

Ningún animal tiene bóveda y solo el elefante tiene el talón en el suelo, aunque el pie plano. Y con ese talón en el suelo escucha la tierra y es capaz de percibir a otros elefantes que están a muchos muchos kilómetros de distancia, los oye por la vibración de la tierra.

Esto se lo digo a las maestras. Si yo estoy nerviosa, si los niños están haciendo mucho ruido y todo es un caos hoy… y encima hablamos con voz de pito desde la cabeza, nuestra voz no les llega, no transmite.

Si en ese momento tienes la conciencia suficiente para centrarte en tus pies,  automáticamente la voz cambia. 

Nuestro gesto corporal frente a los niños es por tanto importante: 

  • Porque nos imitan 
  • Por la coherencia de nuestro mensaje (lo que transmitimos)
  • Porque nos permite ocupar nuestro sitio y darnos autoridad natural.

El ejercicio de la pelota saltarina

Este ejercicio es perfecto para los «habitantes del escritorio» y también para niños más mayores.

Descálzate y ponte una pelotita de goma, de las que rebotan mucho, debajo de la planta del pie.

Ruedala a hacia adelante y hacia atrás, sintiendo la bóveda longitudinal y también derecha izquierda en la parte de los de los nudillos de los pies

También puedes hacer círculos, quedarte en algún punto particular (algunos pueden doler bastante, sobre todo si siempre llevas zapatos muy rígidos y estrechos)

Hazlo unos 5 minutos y siente la diferencia en tus pies antes y después de hacerlo. 

Con los niños lo puedes hacer de una forma un poquito más juguetona.

Es sencillo y sirve para ir despertando el pie tanto nosotras como los niños porque despertar la planta de los pies tiene un impacto en toda la postura y a la vez toda la postura influye en nuestra presencia y actitud.

Sentarse «bien»

Cuando estamos mucho tiempo sentados con las piernas cruzadas la musculatura profunda se afloja. 

He visto jóvenes que entrenan en gimnasio y para cantar o para tocar la flauta, —que lo primero es sentarse rectos en una silla sin respaldo— y me decían «no puedo no puedo estirar la espalda porque me duele mucho.»

Eso pasa cuando la musculatura profunda está atrofiada por el hábito, (pasa mucho en jóvenes que se tiran el día mal sentados delante del ordenador y después salen a hacer deporte de impacto).

¿Cómo lograr que los niños estén bien sentados?

El ser humano no está diseñado para estar demasiado tiempo sentado… mucho menos aún los niños.

En educación infantil y en jardín de infancia deberíamos cuidar mucho sus posturas, muebles y capacidad de movimiento.

Los niños muy pequeñitos hasta los 2 o 3 años no necesitan absolutamente nada, solo un modelo sano de adulto y libertad de movimiento para que puedan ejercitar todas esas posibilidades.

Aunque cada vez más esa naturalidad que tiene un niño de sentarse en el suelo con la espalda recta y cómodo cada vez se da menos (sobre todo cuando hay un uso excesivo de las pantallas) y necesitan más apoyo de nuestra parte.

¿Eres capaz?

Ponte en cuclillas, con los talones tocando el suelo, ¿Cuánto tiempo puedes sostener esa postura?

Sentarnos bien nosotras 

Ya que pasamos tanto tiempo sentados, al menos lo hagamos bien, ¿no?:

Cuando estamos en una silla es muy interesante sentir nuestros isquiones y orientar la pelvis en una posición neutra (siéntate en la silla balancea la pelvis un poco y el centro, justo donde está el punto más alto de los isquiones, es la postura correcta.)

Cuando queremos hablar, cantar o proyectar la voz estando sentadas ayuda mucho imaginar que los isquiones crecen hacia abajo y nosotras hacia arriba. Esa tensión opuesta nos estira de forma natural.

Isquiones y Rimas con movimiento®

Cuando pones la atención en tus isquiones tienes la sensación de estar erguida sin esfuerzo ni tensión ni sobrecarga en la espalda.

A partir de ahora para hacer las Rimas sentada, antes de ponerte a ello conecta con tus isquiones y verás cómo tu voz y presencia cambian.

Katja Baumhauser ha desarrollado en los últimos años el Movimiento Atento con el cual ayuda a las personas a conectar con esas fuerzas  sanadoras de la postura de nuestro cuerpo.

Si quieres un trabajo de mayor profundización mira su web: https://movyatento.com/

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Sobre la autora
Tamara Chubarovsky

Soy creadora de las Rimas con Movimiento® y de Thono® (terapia holística del nombre), así como del uso del cuento como herramienta pedagógica.

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