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Dormir para aprender mejor

Siempre tuve claro que en la primera infancia, al menos hasta los 3 años, es sumamente importante y trascendente el desarrollo futuro, que  los niños duerman mucho y bien, coman saludablemente, estén suficiente tiempo al aire libre,  tengan oportunidades de movimiento y juego libre dentro y fuera, escuchen cuentos, rimas y canciones, que los dispositivos electrónicos estén limitados al máximo,  y que estén rodeados de adultos centrados emocionalmente, dignos de ser imitados, que irradien confianza y coherencia. Con estos ingredientes, ya podríamos garantizar gran parte del éxito posterior, tanto a nivel de capacidades de aprendizaje, como de habilidades sociales. Todos estos parámetros conforman la base de la pedagogía Waldorf de los primeros 6 años de vida.

El pasado mayo (2018) tuve la suerte de participar en el XXIV Congreso INPP “Bases fisiológicas del aprendizaje” y escuchar a los diferentes científicos e investigadores especialistas en las diversas materias, que fueron constatando uno a uno, y con “evidencia científica”, la importancia del sueño, la alimentación, el movimiento, el lenguaje, la música, el aire libre, las emociones del adulto, y la limitación de tecnologías.

Haré un breve resumen, con acceso a enlaces, para que quien quiera, pueda investigar y auto convencerse de que antes de los 6 años, son éstas las variables que ayudan a madurar el SNC. Esta es la base del aprendizaje y no la lectoescritura, que es un complejo mecanismo que necesita que todas las funciones estén maduras, para que pueda darse de manera rápida, fácil, alegre y duradera. Porque no da igual cómo y cuándo se aprende… Hay aprendizajes, que aunque aparentemente inocuos, acarrean graves consecuencias a medio plazo.

Dormir ayuda a aprender

Rudolf Steiner aseguró hace casi 100 años, lo que hoy día ya es una evidencia científica: El sueño es fundamental para integrar, procesar y memorizar las experiencias vividas durante el día y, por tanto, una pieza clave del aprendizaje. Esto sugiere la relevancia que tiene que los niños duerman suficiente y bien. Al menos en España, el estilo de vida hace que sea habitual la carencia de sueño en los niños. Esto se suma al exceso de actividades extraescolares y tareas,  que fuerza a los niños a estar despiertos hasta tarde. Aún peor es el sueño que quitan las pantallas. Los dispositivos tecnológicos están literalmente robando sueño. No solo porque los niños duermen menos horas, sino porque las imágenes rápidas y la interferencia de la luz azul antes de dormir, altera el sueño. A través de este artículo quisiera enviar un especial llamado de atención respecto a la relevancia que tiene el sueño en el aprendizaje,  la salud emocional y física.

¿Por qué es tan importante dormir para el aprendizaje?

Las últimas investigaciones han concluido que la fase REM (fase con sueños que recordamos), es la fase durante la cual el cerebro consolida y ordena las experiencias vividas durante el día. Es la fase en la que se pone orden en el “disco duro” de nuestro cerebro, activando la información relevante, por lo que al despertar, tenemos más habilidades que el día anterior. Este mecanismo es utilizado conscientemente en la pedagogía Waldorf, donde los contenidos se enseñan un día hasta determinado punto, dejándolos “dormir” y recogiéndolos al día siguiente. También se utiliza el ritmo de aprendizaje en tres días, en vez de insistir con extensas repeticiones en un mismo día. Quien toque un instrumento, sabrá de esta experiencia. En la pedagogía Waldorf Incluso se utiliza como metodología, el dejar “descansar” contenidos durante unos meses, volviéndolos a retomar después de dicho espacio y comprobando que los niños aprendieron, o mejor dicho, integraron lo aprendido, pasándolo de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo, justamente en el lapsus de pausa.

¿Por qué funciona? ¿Por qué se asienta la memoria y se consolidan aprendizajes?

Un estudio con ratas fue decisivo para esta evidencia. Se les pusieron electrodos en el hipocampo (centro de la memoria a largo plazo) y se les permitió explorar un laberinto nuevo. Luego las ratas se quedaron dormidas en sus jaulas y los científicos pudieron observar como las neuronas del hipocampo de las ratas, rehacían el camino, concretamente, de atrás hacia adelante.  Al despertarse, volvían al laberinto y se observaba una actitud más segura y confiada, ya que sus neuronas habían fijado en sueños el recorrido. Aquí puedes verlo.

De ahí se concluye que sin suficiente tiempo para esta fase, las capacidades de aprendizaje se ven mermadas. También resulta grave la ingesta de somníferos, ya que anula la fase de sueño REM. Al final del artículo te dejo unos enlaces en los que puedes ver estudios que demuestran como la fase REM es fundamental para consolidar la memoria.

¿Por qué es tan importante dormir para garantizar una buena salud mental y emocional?

Así como en la fase REM se fija la información en el hipocampo, mejorando habilidades y memoria, en la fase de sueño profundo ocurre una reducción de la reactividad de la amígdala. ¿Qué significa esto? Que existe una supresión de emociones perturbantes y queda el recuerdo, más limpio de emociones negativas, lo que permite levantarse al día siguiente más positivo, optimista, y aliviado. Es muy desgastante mantener constantemente vivas las emociones. Si no se duerme bien, la amígdala se dispara, lo que significa un constante estado de alerta y tensión. De ahí la relación entre falta de sueño y problemas emocionales como la depresión, ansiedad, paranoia y ataques de pánico. La investigadora holandesa Lucía Talami describió muy bien este proceso en su ponencia en el congreso de INPP 2018. También podemos observar como entre las secuelas postraumáticas son habituales los trastornos del sueño y como a su vez la falta de sueño genera una mayor incidencia de Triggers (flashback del episodio negativo), dificultando la recuperación. Esto lo explica muy bien Bernd Ruf, experto en trauma y fundador de la Pedagogía de Emergencia.

Al hilo de este tema, quisiera compartir el verso que Rudolf Steiner propuso recitar antes de dormir para potenciar el aspecto limpiador y restaurador emocionalmente del sueño. Este verso ayuda a poner mayor intención y conciencia en este proceso:

“Yo llevo mi dolor al sol poniente y deposito todas mis preocupaciones en su seno luminoso. Purificados en luz, transformados en amor, vuelven hacia mí, como pensamientos que me ayudan, cómo fuerzas para mis actos amorosos y desinteresados.”
Rudolf Steiner.

También este verso siento que ayuda a potenciar la inspiración o resolución de problemas nocturna a través de ráfagas de pensamientos reveladores,  que la doctora Talami expuso que ocurren en la fase de sueño profundo.

¿Por qué dormir es fundamental para el crecimiento y la salud física?

Durante el sueño ocurre una desactivación de las sinapsis. Esto permite a las neuronas regenerarse.  Si estuvieran constantemente generando conexiones sinápticas, como lo hacen durante el día, el desgaste sería devastador sobre la salud del cerebro y del organismo entero. Durante el sueño por tanto se lleva a cabo una limpieza y regeneración celular, un proceso anabólico, que permite al cerebro estar fuerte y fresco para ser capaz de procesar nuevos estímulos al día siguiente. Un cerebro que no descansa, tendrá muchas más dificultades en el procesado, dificultades de memoria y atención.  El sueño profundo nos recupera, regenera y limpia.

Durante el sueño el cuerpo entra en plan “ahorro de energía”, bajando sus constantes vitales: baja la temperatura corporal, se ralentiza la respiración y las funciones cardíacas. Sin embargo hay otros parámetros que se activan, como es la hormona del crecimiento, que trabaja justamente mientras dormimos. Podríamos decir literalmente, que crecemos durante la noche. Otra razón para que los niños duerman suficiente.

(Conclusiones sacadas directamente de la conferencia de la investigadora holandesa Lucía Talami, durante el mencionado congreso de INPP 2018, “Bases fisiológicas del aprendizaje”)

¿Qué factores influyen negativamente en el sueño?

Las nuevas tecnologías:

El cerebro está programado para dormir cuando está oscuro y hay silencio. Los ruidos y exceso de luces de nuestro actual mundo desarrollado, evidentemente tienen una influencia negativa sobre los ritmos circadianos. A esto se suma el efecto especialmente negativo de los dispositivos que irradian luz azul led, como son los móviles, tabletas, ordenadores e incluso los libros electrónicos.

  • Estos dispositivos (incluida la TV) mandan señales al cerebro para que se mantenga despierto, dificultando y acortando las fases de sueño durante la noche y produciendo a su vez, somnolencia diurna. Lo más grave demostró ser mirar estos dispositivos ya en la cama, con las luces apagadas (Víctor García Molina, optometrista, INPP 2018).
  • La luz interfiere negativamente en la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño. Por eso también es importante que los niños aprendan a dormir con la luz apagada.
  • Pero además de las dificultades en conciliar el sueño profundo por el impacto de la luz led, los contenidos a los que están expuestos los niños, las imágenes rápidas, caóticas y en muchos casos violentas, provenientes de los dispositivos, también les impiden conciliar el sueño y conseguir un sueño de calidad. Existen demasiados estímulos, difíciles de procesar.
  • También debemos tener en cuenta la interferencia negativa de las ondas, sobre todo la del móvil y la wifi.

Desajuste de los ritmos y rutinas:

Los cambios en las rutinas de nuestra ajetreada vida actual, el hecho de un día acostarse a una hora y otro día a otra, tienen también un efecto nefasto, dificultando conciliar el sueño. En esto no contribuye el ambiente de una casa moderna en una ciudad, llena de luces, ruido y dispositivos, pero podemos compensarlo con la decisión y voluntad firme de crear ritmos y  rutinas para nuestros niños.

¿Cómo sé si mi hijo duerme suficiente y bien?

  • Recuerda que un niño menor de 6 años, debería dormir al menos 10 horas y es posible que a los 4 años aún necesite 12 horas. Tal vez esto te sirva de parámetro para saber si tu hijo está durmiendo suficiente.
  • También debes valorar la calidad del sueño, si es capaz de dormir profundo y de tirón, o si tiene sobresaltos, pesadillas u horas a las que te solicita.
  • También observa si se levanta con ganas, con energía y alegría. Si se levanta de mal humor o le cuesta levantarse, tal vez necesite más horas o más calidad de sueño.

Recomendaciones positivas para que tu hijo duerma más y mejor

  • Reducción máxima de la tecnología. Nada de exposición en niños menores de 3 años, de 3 a 6 años, una hora semanal. De los 6 a los 12 años, dos horas semanales. A partir de esa edad, máximo dos horas diarias. Estas son las recomendaciones del optometrista e investigador Víctor García Molina, que también expuso en el congreso de INPP, y con el que estoy muy de acuerdo. ¡Y eso que su apreciación fue solamente referente a la salud del ojo! A su vez, recuerda suprimir las pantallas 3 horas antes de dormir.
  • Crear ritmo y rutina. Ritmo significa acostarles todos los días a la misma hora. Rutina significa, que en función de la edad, acompañemos al niño en ese momento decisivo, cantando alguna canción suave, contando un cuento (¡solo uno!), haciendo alguna rima como Rompompón o Yo tengo una casita. (Encontrarás muchos recursos en mi libro Cuentos para ver, oír y sentir, tomo I y en el DVD Rimas Juegos de dedos y, sobre todo, en el curso on-line Rimas con movimiento® para una infancia sana.)
  • Cuidar la alimentación.
  • Garantizar que el niño desgaste suficiente energía al aire libre. Y a la vez, garantizar un espacio de tiempo suficiente en casa, tranquilo, para ir bajando la estimulación.
  • Cuidar las emociones del entorno. En niños más grandes, hacer una retrospectiva del día, tratar de resolver y elaborar antes de acostarse, algo que pudiese preocuparlo. En algunos niños pude ser beneficiosa una previsión del próximo día.
  • Garantizar el máximo silencio y tranquilidad durante las primeras horas de sueño. Las primeras horas de sueño, como se ve en el diagrama, son las más profundas, de ahí la diferente calidad en el descanso, cuando nos acostamos por la mañana.
  • Apaga la wifi, apaga o aleja los móviles.
  • Apaga las luces.

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En el curso on-line «Rimas con Movimiento® para una infancia sana« tienes mucha más información sobre cómo establecer unos adecuados ritmos de sueño. 

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Enlaces a artículos sobre la relación memoria-aprendizaje:

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Rompompón

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Sobre la autora
Tamara Chubarovsky

Soy creadora de las Rimas con Movimiento® y de Thono® (terapia holística del nombre), así como del uso del cuento como herramienta pedagógica.

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