Este artículo supone un apoyo imprescindible para el uso correcto de las Rimas con movimiento, sobre todo desde el punto de vista de sus bases motrices y sensoriales.
En él describo los hitos fundamentales del desarrollo sensomotriz para garantizar el éxito en el aprendizaje y recursos para potenciar estos hitos, tanto en la etapa de infantil, como para niños de primaria con dificultades de aprendizaje.
Prepararse para aprender
En la actualidad y cada vez más, podemos observar a niños con fracaso escolar teniendo una inteligencia normal o por encima de ésta, lo que ha llevado a plantear el problema desde nuevas ópticas.
Muchos autores, entre ellos Fay, Ayres, Goddard, Audry Mc Allen, explican como la raíz de las dificultades de aprendizaje, suelen radicar en problemas en la integración sensorial y planificación motora. Se ha comprobado que la mayoría de los trastornos de hiperactividad, déficit de atención, dislexia, discalculia etc, que dificultan el aprendizaje, son a causa de otros problemas en el equilibrio, el tacto, el movimiento, los reflejos, la lateralidad, dominancia, visión, audición…
Si relacionamos las capacidades de aprendizaje con las capacidades físico- sensoriales, entonces no nos debería extrañar que cada vez aparezcan más casos de fracaso escolar en un sistema educativo cada vez más intelectualizado y una sociedad donde ya desde edades muy tempranas existe una tendencia hacia el sedentarismo, unido a un bombardeo de impresiones sensoriales, que el niño aún no está preparado para procesar y que no hacen más que bloquearlo o llevarlo a comportamientos compulsivos.
Preguntémonos cuales son los contenidos que deberían integrarse en la etapa de infantil, para que el futuro aprendizaje ocurra con éxito y facilidad. ¿Es realmente necesario adelantar los contenidos académicos y ya con tres años o antes prepararlos para la lectoescritura y el cálculo? ¿No sería más sensato preparar al niño en habilidades básicas, habilidades que le permitan aprender de todo en la vida?
Si realmente queremos preparar a nuestros hijos para que aprendan con facilidad, deberíamos tener en cuenta, que en la etapa de 0 a 7 años el niño tiene que poder desplegar sus habilidades motoras y sensoriales. Esto ocurre a través del juego, con objetos variados y en la naturaleza, explorando el mundo a través de su cuerpo y sus sentidos, en contacto consigo mismo y con los demás, divirtiéndose con canciones, rimas y juegos rítmicos. Cualquier tipo de estimulo cognitivo, racional, fichas, estudio, cosas impuestas desde fuera no hace más que mermar las capacidades de aprendizaje futuras. Y es que no se trata de enseñarle, se trata de facilitarle el camino para aprender, no solo ahora, sino potencialmente durante toda su vida.
Hitos imprescindibles que debería haber conseguido un niño antes de los siete años y a más tardar a los nueve:
Reflejos arcaicos superados, adecuada integración sensorial, lateralidad definida, capacidad de concentración, atención, escucha, memoria, geografía corporal, orientación espacial, coordinación visomotora, planificación motora, lenguaje bien articulado, discriminación auditiva. Pero también, Ritmos vitales de descanso y actividad, hábitos de comida, autonomía personal, jugar solo y con otros en actividades dinámicas y tranquilas, dentro y al aire libre, es decir, habilidades sociales y personales.
A continuación explicaremos brevemente el desarrollo motriz y sensorial del niño del nacimiento a los siete años y su relación con en el aprendizaje.
El desarrollo motor en los primeros siete años
El niño, desde su nacimiento hasta su madurez, pasa por diversas etapas evolutivas que se van solapando entre sí. Del correcto desarrollo de las primeras habilidades dependerá el desarrollo de las etapas y habilidades siguientes. Del desarrollo de habilidades físicas surgirán habilidades cognitivas como la atención, concentración y memoria y también emocionales como son el equilibrio, serenidad interior, autoestima, capacidades sociales y comunicativas, respeto, empatía.
Desde el nacimiento hasta el primer año de vida, el cuerpo y la motricidad del niño sufren enormes cambios, que son los que le permitirán dar sus primeros pasos. Por un lado existe un movimiento que evoluciona en el bebé de arriba abajo, de la cabeza a los pies. Así es que el niño consigue como primera cosa elevar y sujetar en el aire su cabeza, luego conseguirá elevar su pecho. A los seis meses aproximadamente consigue mantener erguido su tronco, lo que le permite sentarse. Luego se arrastrará, gateará y al año por fin, será capaz de elevarse completamente y de dar sus primeros pasos. Este movimiento es pues el que permite al niño superar la gravedad y pesadez del estado tumbado, consiguiendo la ligereza del ser erguido, lo que a su vez permitirá el desarrollo del lenguaje y a partir de este, el desarrollo del pensamiento. Sin embargo si el niño no tiene la suficiente movilidad en esos primeros meses, aunque aprenda a andar, puede que más adelante padezca de problemas motores relacionados con esta fase, como son reflejos primitivos retenidos, deficiente desarrollo vestibular y de planificación motora.
Por otro lado existe un movimiento extensor que evoluciona del pecho hacia las extremidades de las manos. Este es el que paulatinamente dará al bebé mayor destreza, primero en los bracitos, luego en las manos, luego en los dedos. El sistema extensor permite al niño a través de sus miembros extenderse (en la horizontal) abriéndose al mundo y las percepciones sensoriales y no solo se abre, si no que también coge y absorbe lo que de este le viene.
Los reflejos
Durante el embarazo y el primer año de vida surgen los reflejos, o patrones tempranos de movimiento. Estos son los que contribuirán a favorecer el parto y a conseguir tanto el andar (sistema ascensional), como la prensión y manipulación de objetos (sistema extensor). Si todo va bien, una vez cumplida su misión, cada reflejo desaparecerá dando lugar a los reflejos postulares * y a los movimiento libre . De modo que al año y a más tardar a los siete años, el niño esté libre del condicionamiento de un movimiento reflejo primitivo. El reflejo de Moro, por ejemplo, debe transformarse en el reflejo de susto normal. Si se mantiene, produce muchos problemas de comportamiento. El niño, excesivamente irritable y asustadizo, está siembre a la defensiva o al ataque.
Vemos que los movimientos reflejos son o bien completamente involuntarios (reflejo de Moro) o una respuesta de movimiento involuntaria de una parte del cuerpo, al mover voluntariamente otra parte del cuerpo, produciendo por ejemplo movimientos de la boca mientras se escribe. Todos los reflejos primitivos tienen una tarea determinada en un momento específico, son los que ayudan en la labor de parto y luego a rodar, arrastrarse, gatear y también tienen una labor protectora. Sin embargo luego deben desaparecer para dar lugar a los movimientos libres y autónomos de cada músculo. Por ejemplo el reflejo tónico asimétrico del cuello, si persiste en edad escolar genera grandes problemas. Se trata de movimientos antagónicos que producen que cuando la cabeza y la mano se extienden hacia un punto, el brazo y la pierna opuesta se encogen. Esto permite al bebé aprender a coordinar su ojo y su mano con el fin de coger objetos, además de tener un rol fundamental en el parto. Sin embargo si permanece más allá de su edad útil, entorpece enormemente la actividad de escribir, ya que obliga al niño a tomar posturas extrañas para contrarrestar la necesidad de mantener estirado el brazo hacia donde miran sus ojos. Esto debería alertarnos para no regañar injustamente a estos niños por estar mal sentados, sino intentar ayudarlos. Este desgaste de energía puesto en la tensión del brazo para que no se estire ya que al escribir el ojo mira hacia la mano que debe estar flexionada, le quita energía, produciendo agotamiento y mermando enormemente su capacidad de atención. Es similar a la experiencia de un conductor novato, que no teniendo automatizados los movimientos del embriague y marchas, hasta no tener automatizadas estas habilidades será incapaz de conducir y la vez leer carteles o hablar relajadamente. Recién cuando los movimientos son autónomos, el cuerpo se pone al servicio del individuo. No es sencillo poner atención a dos cosas a la vez, por eso las habilidades motrices deben pasar a un nivel subconsciente, para que la conciencia quede libre y disponible para los procesos de aprendizaje. Las manos y ojos deben estar preparadas para apoyar y colaborar en el aprendizaje de la escritura en vez de sabotearlo.
Fundamental para ayudar a inhibir reflejos es el cultivo de los sentidos corporales básicos (tacto, movimiento propio, equilibrio, vital).
Lee más: Reflejos
Integración bilateral-lateralización
Estrechamente relacionados con los reflejos está la integración bilateral, es decir la integración de ambos hemisferios. Hasta los dos años y medio el niño es ambidiestro, utiliza indistintamente ambas manos. Tiende a coger con la mano derecha lo que está a su derecha y con la izquierda lo que se encuentra a su izquierda. Entonces hablamos de que la línea media vertical, que divide a su cuerpo en derecha e izquierda, está aún presente. En esta edad temprana esta línea tiene su razón de ser, ya que así son estimulados ambos hemisferios del cerebro. Luego y solo gracias al hábil entrenamiento en esta fase simétrica, de ambas partes del cuerpo, consigue la llamada integración bilateral o lateralización, que significa que es capaz de atravesar el espacio con una mano de derecha a izquierda y viceversa, libremente y realizar simultáneamente movimientos diferentes en cada mano. Esto significará que ambos hemisferios son capaces de trabajar de manera especializada y simultanea. De modo natural a más tardar hacia los siete años, se debería definir la dominancia, que generalmente es diestra. Pero cada vez ocurre más, que por falta de movimientos simétricos *en la edad de infantil, las etapas evolutivas de la motricidad se desarrollan insuficientemente. Así es que actualmente nos estamos encontrando con un incremento de dominancias no definidas, mixtas o cruzadas (ojo izquierdo, mano derecha, pie izquierdo) que a su vez entorpecen notablemente el aprendizaje de la lectura y la escritura. Cuando en el cuerpo no está verdaderamente integrada la derecha/izquierda y el arriba/abajo, es muy difícil integrar estos conceptos en una hoja. Además la dominancia cruzada puede traer dificultad de coordinación motora.
*actividades donde se mueven a la vez y con movimientos idénticos ambas manos o ambas piernas, como ocurre al saltar, columpiarse etc.
Lee más: Integrar hemisferios
Los cuatro sentidos corporales
Si bien el niño desde que nace percibe olores, colores y gustos entre otras percepciones, podemos decir que existen percepciones – las llamaremos sentidos- que se desarrollan especialmente en los primeros siete años. Incluso podemos decir que son uno de los canales más importantes a través de los cuales el niño se experimenta y auto percibe en el mundo.
Estos cuatro sentidos son el vestibular o de equilibrio, el táctil, el propio perceptivo, a través del cual percibe su propio movimiento y el sentido vital, a través del cual siente sus funciones vitales, sobre todo cuando existe una necesidad o un desequilibrio como dolor de tripa, sueño, cansancio, hambre. Durante los primeros siete años de vida, estos sentidos deben fortalecerse y desarrollarse correctamente, ya que de lo contrario pueden repercutir negativamente en su motricidad, comportamiento y capacidad de aprendizaje, ya que cada uno de estos sentidos está relacionado con otras capacidades:
- El sentido del equilibrio es la base de la la escucha y comprensión de las palabras, por lo que tendrá una gran influencia en el desarrollo del lenguaje y capacidad de atención. Además proporciona confianza, estabilidad y equilibrio interior.
- El sentido propio perceptivo, es decir, la capacidad de mover cada músculo del cuerpo de manera independiente (libre de reflejos), es la base del desarrollo del lenguaje en sí, ya que la articulación es motricidad. A su vez aporta autocontrol, autoestima y es determinante en la agilidad mental.
- El sentido vital, fue llamado por Ayres sentido del bienestar, ya que produce exactamente eso, bienestar. Aporta calma, paciencia y salud. Sólo pensemos en niños que han dormido mal o que tienen hambre y cómo eso deviene en inquietud e intolerancia. Rudolf Steiner lo llama sentido vital, ya que está íntimamente relacionado con las funciones y ritmos vitales de sueño, alimentación etc. A su vez, en su teoría de los doce sentidos relaciona este sentido con la capacidad y desarrollo del sentido de la percepción del pensamiento ajeno, es decir, del pensamiento del otro. La clave de su cultivo en la infancia es el ritmo.
- El sentido del tacto es la basedel“tacto” en el trato con los otros, de la percepción del otro y el respeto. El tacto influye mucho en el comportamiento por su estrecha relación con la capacidad de percibir al otro y de percibir el límite propio y ajeno, lo que se puede manifestar, por ejemplo, en la tendencia a pegar. Vemos que primero debemos percibirnos a nosotros para ser luego capaces de percibir al otro. Rudolf Steiner, en su teoría de los doce sentidos, habla de cómo el sentido del tacto, cultivado correctamente en la infancia, se transforma más adelante en el sentido social de la percepción del Yo ajeno, es decir, percepción del otro.
El cultivo de estos 4 sentidos favorecerá la superación de los reflejos.
Geografía corporal y orientación espacial
Además existen otros elementos, como la geografía corporal y la orientación espacial, donde volvemos a ver la estrecha influencia entre habilidades motoras y aprendizaje. Un niño con dificultades para orientarse en el espacio y para reconocer cual es su mano derecha, plasmará esto en su cuaderno, en el orden, distribución y dirección de la escritura. Le costará comprender que ésta se desarrolla siempre de izquierda a derecha y de arriba abajo, al igual que la lectura. También le costará distinguir entre p, b, g y d y le costará establecer el orden de las letras, siendo propenso a sufrir dislexia.
Recomendaciones para apoyar el desarrollo motor y sensorial entre los 0 y 7 años
Bebé de 0 a 1 año
- Durante el primer año, ofrecer al niño la posibilidad de moverse libremente y por él solo, sin adelantar artificialmente la postura sentada ni de pié. La musculatura del cuello necesita ejercitarse en el suelo, elevar la cabeza con fuerza y voluntad. Es fundamental que pueda rodar, arrastrarse, gatear. Ya tendrá toda la vida para andar.
- Tengamos paciencia cuando el niño practica tirar cosas y nos pide que se la levantemos. Este movimiento es fundamental para ejercitar el movimiento de prensión y soltar de la mano, claves para el desarrollo del lenguaje.
- Evitemos al máximo el contacto con Tv y últimas tecnologías. Mucho mejor para su desarrollo auditivo y sensorial es el canto suave, aunque desafinemos, mecerlos, hablarles, rimas cortas y alegres con tacto, juegos de falda etc. Todo esto representa un vínculo cálido, amoroso y cercano, que le van ayudando a distinguir sonidos, a percibirse a sí mismo y al adulto, sentirse seguro. La interacción directa con otro humano siempre es mucho más estimulante y rica que cualquier estímulo electrónico.
- Toquemos y querámoslos mucho….
Del año a los siete años
- Dejarlo que ande, trepe, corra, toque, explore.
- En el parque que se columpie, tire del tobogán, subibaja, suba a los árboles.
- Ofrecerle un espacio seguro, donde pueda moverse con libertad
- En casa dejarlo que nos ayude en tareas cotidianas como son barrer, poner y quitar la mesa, cortar verdura, fregar, ordenar…
- Cultivar la paciencia necesaria para fomentar su autonomía en el vestirse, comer y asearse.
- Enseñarle a dormir. Que duerma mucho y bien. ¡Que importante es irse a dormir con alegría y ganas y despertarse con la misma alegría…
- Cantarle, contarle pequeños cuentos y rimas, hablarle con naturalidad y correctamente.
- Acompañarlo amorosamente, dejándolo ser.
Personalmente debo contar, que empecé mi trayectoria profesional muy joven, trabajando con discapacitados psíquicos. Ahí pude observar la relación entre retraso psíquico, problemas motores y de lenguaje. Después de mi formación en Pedagogía de Apoyo Waldorf (2000-2004) trabajé con niños con dificultades de aprendizaje y pude comprobar como siempre había un patrón motor deficitario. Luego la vida me puso a cargo de un Jardín de infancia Waldorf (2008-2011), donde trabajé estas habilidades de las que antes hablé, a modo preventivo. Mis Rimas, juegos de dedos, tacto y movimiento, son la síntesis de estos años de trabajo. No son en absoluto la única manera de apoyar el sano desarrollo del niño, sino un apoyo más, junto a otras muchas medidas que antes mencioné. Son un útil y valioso complemento a otras actividades de motricidad gruesa y fina libre, que surgen en el juego espontáneo y las acciones cotidianas.
Sin embargo vemos que las Rimas con movimiento, además de fomentar en sí la motricidad y sentidos, pueden ser nuestros ayudantes:
- Rimas que acompañan el momento de llevar el niño a dormir y facilitan que se duerma,
- Rimas para decir antes de la comida y poner orden y gratitud a ese momento
- Rimas que nos ayudan a trasladar un grupo de un sitio a otro sin necesidad de dar voces
- Rimas que ayudan a concentrar el grupo
- Rimas que ayudan a centrar o para el cambio de pañal
Niños mayores con dificultades de aprendizaje
El objetivo es recuperar las habilidades que no fueron desarrollas en la etapa de infantil
Antes expusimos no solo como prevenir las dificultades de aprendizaje sino también como contribuir a que el futuro aprendizaje sea fácil. Es verdad que los niños, aunque se hayan movido poco, finalmente aprenden a leer, escribir y calcular. Es verdad que no todos sufren de fracaso escolar. La pregunta es ¿a qué precio? ¿a qué coste? Vemos a los niños pálidos, cansados, agobiados ¿es necesario que padezcan ese tormento? . vemos niños tres horas sentados haciendo deberes y estudiando, para luego tener malas notas, niños a los que » no les cunde». Eso no es aprender fácil y con alegría. Y esto más allá del debate sobre el por qué de enseñar tan pronto a escribir y de si realmente es necesario que aprendan los temarios habituales…
La Pedagogía de apoyo (Extralesson)ofrece herramientas para recapitular y ejercitar las facultades sensoriales y motrices que en su momento de modo natural no fueron conseguidas.La doctora inglesa Audry Mc Allen, a través de largas investigaciones y experiencias con niños con dificultades de aprendizaje y basándose en los conocimientos del filósofo y pedagogo austríaco Rudolf Steiner, desarrolló una serie de ejercicios de motricidad, pintura y dibujo a través de los cuales es posible diagnosticar y tratar a los niños a partir de los seis años. Hoy día la Pedagogía de Apoyo Waldorf integra también los últimos avances de la neurociencia y las experiencias en esta línea de autores como Sally Goddard. Lo que de manera lúdica y natural no se consiguió hasta los siete años, ahora toca trabajar de manera mucho más consciente y sistemática. Insisto en las ventajas de promover el gateo en su momento, ya que hacer ejercicios de gateo con un niños de doce años, por integrador que sea, no deja de ser patético.
Generalmente los problemas cognitivos, emocionales y motores están íntimamente relacionados. Un niño de nueve años con fracaso escolar padece además problemas emocionales. Recuperando la seguridad y control de su cuerpo y mejorando su rendimiento, ya mejora también su autoestima y bienestar, aunque además es conveniente y existen ejercicios para apoyarlo en el ámbito anímico. A su vez no hay que desestimar la posibilidad de que los problemas físicos y cognitivos provengan de conflictos emocionales. También ésto es habitual. Los tres planos, el físico, anímico e intelectual están íntimamente relacionados y será importante hacer un abordaje holístico de la situación, contemplando aspectos y causas tanto físicas como emocionales y sumar al trabajo físico sensorial, pautas y cambios en las rutinas emocionales tanto familiares como escolares.
Dado que personalmente además de estudiar este método estudié y trabajé mucho con el teatro pedagógico y Arte de la Palabra (logopedia antroposófica), en mis sesiones siempre fusioné los elementos terapéuticos motrices con la alegría y vitalidad de la palabra rítmica y poética, añadiendo siempre el componente lúdico y creativo. Por otro lado, en las clases de teatro para niños siempre he integrado elementos terapéuticos, juegos rítmicos, sensoriales, canciones, rimas y juegos de movimiento. Cada uno desde su lugar como madre, abuela, maestra, terapeuta o monitor de tiempo libre, puede contribuir a mejorar la salud motora, sensorial, comunicativa y emocional de los niños.
Si quieres conocer estos temas en mucha profundidad, te recomiendo mi curso Bases para el éxito en el aprendizaje infantil.
Bibliografía recomendada:
- Pedagogía de Apoyo: “La clase Extra”, Audry McAllen
- Reflejos, aprendizaje y comportamiento, Sally Goddard
- La Integración sensorial y el niño, J. Ayres
- Los Sentidos, K, König
- El órgano Sensorio, Willy Appli.