¿Por qué es importante el juego libre?
Entre otras muchas cosas, porque es la base del espíritu emprendedor, la creatividad y la constancia.
En este artículo verás las fases del juego según la edad y los beneficios a nivel corporal, mental y emocional.
Las fases del Juego
Fase 1. Juego Realista: Desarrollo de la perseverancia y la constancia
Desde el nacimiento hasta los 2 años y medio.
Consiste por un lado en explorar las posibilidades de su cuerpo y de los objetos cercanos de su entorno. Para el niño pequeño es un juego divertido e interesante coger y tirar objetos, subir una escalera, subir a una silla, arrastrar cosas, guardar y sacar objetos de una cesta, seleccionar, ordenar, alinear y apilar objetos…
Por otro lado observamos un juego que consiste en imitar acciones cotidianas como hacer que cocina, que come, que duerme, que barre…
Todo esto le ayuda a descubrir las leyes de la gravedad, de la física y la matemática y a desarrollar sus propias habilidades motrices y perceptivas.
Es la etapa de la vida donde se tiene mayor fuerza de voluntad y capacidad para repetir una y otra vez las acciones. Permitir su despliegue en este momento, es garantizar el desarrollo posterior de la capacidad de perseverancia, constancia y fuerza de voluntad, capacidades básicas para el aprendizaje y para la vida en general.
Fase 2. Juego simbólico: Desarrollo de la creatividad e imaginación
De los 3 a los 4 años y medio, aproximadamente.
Es la fase en la que una madera puede transformarse en el juego en un teléfono, un filete o una lancha. Los objetos sirven de inspiración para un increíble despliegue de la fantasía.
Empieza el juego social, la interacción con los iguales.
Toma importancia el lenguaje. Por ejemplo, es característico que vayan explicando lo que hacen.
El juego sirve de catalizador de emociones negativas. Podemos observar como a través del juego reproducen lo que ven, lo que sienten, la relación con los padres, etc. Reproducen acciones del entorno incluyendo la emoción.
Es la etapa de máximo potencial imaginativo. Es la base de la creatividad. Si permitimos que se despliegue, tenemos aquí la base de la futura creatividad, no vista como elemento puramente artístico, sino como elemento transversal para cualquier actividad de nuestra vida.
Fase 3. Juego planificado: Desarrollo del espíritu emprendedor y de la iniciativa propia
De los 5 a los 7 años aproximadamente.
Es la etapa en la que los niños primero preparan el juego y luego buscan los elementos para llevarlo a cabo. Escuchamos frases típicas como “Jugamos a que nos íbamos de acampada. Ti eras la mamá y yo era el papá, y…”
Requiere de una planificación, previsión, iniciativa, mando y liderazgo, capacidad de relacionarse de resolver conflictos y ante todo, de decisión.
Contiene tres fases, la de preparación, ejecución y recogida. Suele coincidir con la etapa de “me aburro”, ya que si las etapas anteriores no se desarrollaron con éxito, falta la constancia y la creatividad necesarias para desarrollar un plan de juego…
Sin embargo, si funciona, es la etapa del juego de roles más complejos que permiten resolver situaciones emocionales.
Esta fase es la base de la capacidad de inventiva, de la iniciativa emprendedora de la que tanto se habla. Pero vemos es a su vez el resultado de las fases anteriores, que también penden de un delicado hilo, ya que es necesario poner mucha conciencia para que el juego ocurra en armonía que no se transforme en una guerra de cojines…
Recuerda
- El juego es un asunto serio. El juego es pura terapia, preparación a nivel corporal, emocional y cognitivo de capacidades para toda la vida.
- Aprender jugando no significa dotar a los niños de juguetes sofisticados enfocados a «aprender» sino de que los niños sean capaces de jugar de manera autónoma. El único objetivo es el juego en sí.

Beneficios del juego
Nivel corporal
- Desarrollo de los sentidos básicos (movimiento propio, tacto, equilibrio y sentido vital o del bienestar)
- Desarrollo del movimiento (habilidades de la motricidad fina y gruesa, coordinación visomotriz…)
- Desarrollo del lenguaje.
- Organización del cerebro.
Nivel emocional
- Creatividad e imaginación
- Resolución de conflictos, sociales y logísticos
- Comunicación
- La muñeca: transferencia
- Autoestima: “soy capaz yo solo”
- Proyección que produce un efecto catalizador de emociones negativas.
- Tolerancia ante la frustración
- Autonomía
Nivel cognitivo
- Concentración.
- Atención
- Espíritu emprendedor
- Capacidad de tener ideas y ejecutarlas.
- Organización del espacio exterior que revierte en capacidad de organización a nivel mental.
- Desarrollo del pensamiento lógico.