
¡Mira! Por esto que te voy a contar me han llamado hippie, rarita y cosas peores...
Pienso que un niño puede tener un problema.
Pero a veces nosotras, las familias y maestras de su entorno, convertimos ese problema en un rasgo de su personalidad.
En lugar de verlo como un obstáculo natural en su desarrollo, lo etiquetamos:
Es que es muy desobediente.
Es que es muy inseguro.
Es que no es disciplinado, no se concentra en nada.
¿Por qué hacemos eso? ¿Somos malas personas? ¿No los queremos lo suficiente?…
Y no siempre tenemos todas las herramientas que necesitamos.
Ni nos han preparado para todo.
No lo hacemos a propósito, pero podemos estar cronifiicando los problemas de los niños.
Se quedan pegados a nuestros hijos como etiquetas invisibles.
Se convierten en parte de su personalidad, de sus creencias, de sus traumas…
Y también para nosotras, que cargamos con esa culpa eterna y esa gran pregunta:
¿Lo hemos hecho lo suficientemente bien?
A esa pregunta, yo te respondo:
No es que lo estés haciendo mal.
Es que aún no te has hecho con las herramientas que realmente sirven para apoyar a los niños y niñas en su desarrollo.
Sin gritos, sin estrés, sin exigencias irreales.
Con una visión de enseñanza holística, (casi) todo tiene una explicación y una solución.
Esto es justo lo que enseño a los suscriptores de mi lista de email .
Cada semana comparto tips con ejemplos reales para que aprendas a tener un día a día más alegre, amoroso y conectado con los niños.
Para que los obstáculos se superen con alegría, sin cronificar problemas.
Para que educar deje de ser una carga y vuelva a ser algo ilusionante
Entras por aquí
(Es gratis y lo será siempre)