¡Socorro, los niños no hacen caso a mis propuestas!

Muchas veces me decís que os resulta difícil generar un ambiente de atención plena y tranquilidad a la hora de contar un cuento, hacer una Rima con movimiento®️ o cualquier otra actividad tranquila.

La verdad es qué no me extraña, ya que tener una clase llena de niños sobreestimulados por las pantallas es el pan de cada día. 

Las pantallas generan una enorme interferencia en la capacidad de atención, interés y paciencia. Con su baile de luces, color y movimiento, llaman la atención de los niños. En cambio tu pides que pongan atención en aquello que estás contando. 

En las pantallas la atención es abducida desde fuera, sin esfuerzo interno. Sin embargo poner atención es una acción volitiva, que surge del propio individuo. 

Cuanto más acostumbrados estén a esa atención fácil qué son las pantallas, más dificultades tienen para atender a estímulos más suaves, por ejemplo, escuchar tu voz contando un cuento, hacer una Rima, cantar o conversar… o atender las explicaciones de clase cuando son un poco mayores.

A más sobreestimulación externa, más dispersión, más inquietud y más dificultad en focalizar la atención. 

Lo mejor sería reducir las nuevas tecnologías en niños. Si está en tus manos ¡hazlo!

Si eres maestra y no puedes evitar que los niños estén sobre expuestos a pantallas en sus casas, te comparto algunas estrategias que te pueden ayudar a aminorar los efectos contraproducentes de las nuevas tecnologías a la hora de contar un cuento, cantar una canción, realizar una Rima con movimiento®️ u otra actividad similar. 

El espacio

Escoge un lugar especial para contar el cuento o hacer las Rimas, que sea específico para este uso. Puede ser un rincón de la clase. Se trata de un espacio reservado para este mundo mágico y más sutil de canciones, rimas y cuentos. 

Te recomiendo que tenga las mínimas distracciones y elementos y que cada niño tenga su propia silla o cojín, si estar en el suelo les genera inquietud. 

Cuida que sea el sitio más silencioso y que compita con el mínimo de estímulos y distracciones. 

El momento

Elige el momento más adecuado y repite siempre ese horario.

Quizá al principio tengas que probar distintos momentos hasta dar con el que mejor funciona. Si los niños están demasiado cansados, dormidos, hambrientos o pasados de rosca te resultará difícil captar su atención. 

Del mismo modo será complicado qué te presten atención si han estado toda la mañana sentados haciendo fichas… Para poder estar quietos y atender los niños  tienen que haberse movido bastante antes.

Prepara el ambiente

Para muchos niños resulta difícil pasar de estímulos hiperexcitantes a una Rima con movimiento®️, incluso aunque ese estímulo no haya sido inmediatamente antes de las Rimas. 

Por eso es importante ayudarles a bajar las revoluciones, para que sean capaces de disfrutar de lo sencillo de forma progresiva. Puedes tocar un instrumento o hacer alguna dinámica que sepas que funcione para captar su atención y/o empezar con Rimas que contengan bastante acción. 

Por ejemplo, Rompompóm o La Gallinita arrancan con ímpetu y se van calmando durante la Rima. En mis cursos encuentras otras serie de Rimas que ayudan mucho en esta transición. 

Para muchos niños es demasiado esfuerzo pasar de dibujos animados estridentes a una rima de un pollito. Hay que entenderlos y acompañarlos en el proceso. 

Reduce el tiempo

No pretendas que desde el principio estén 10 minutos totalmente atentos y motivados.

A veces unos pocos segundos de atención ya son un éxito. Un día se enganchan en la primera frase y luego desconectan, otro día es posible que consigan centrar su foco un poquito más. 

Para eso escoge las Rimas más cortitas, de apenas unos segundos, y así garantizarás el éxito. Del mismo modo escoge cuentos cortos (como los de Cuentos para ver, oír y sentir I). 

Los movimiento de las Rimas con movimiento®️ y acompañar los cuentos con gestos o teatrillo de mesa son dos excelentes trucos para favorecer la atención plena, ya que mantienen algo de movimiento. Hace una transición para que, de a poco, sean capaces de escuchar un cuento o una explicación de clase ya sin soporte visual ni de movimiento. 

Tu actitud

Ten compasión por sus dificultades para interesarse por las cosas y estar atentos. No te enfades. Mejor céntrate en cuidar los aspectos qué ya hemos visto: el espacio, el momento, la elección del contenido y cualquier otro factor que se te ocurra para garantizar que sea una experiencia positiva. 

Y que no se te olvide lo más importante; ¡Tú misma desprender entusiasmo e interés por lo que les estás compartiendo!

Con ánimo, sin desesperar ni esperar, poniendo atención y no tensión, te animo a reducir al máximo las pantallas de tus hijos o alumnos, y ofrecerles de a poco alternativas más nutritivas y saludables para su desarrollo emocional, mental y físico. 

Te animo a ofrecerles estímulos que no apaguen su creatividad e imaginación, sino que la expandan.

Que no apaguen su capacidad de atención, sino que les ayuden a encender su propio foco, su propia chispa para mirar el mundo con interés. 

Si quieres, además, aprender a usar tu voz y ser mejor narradora, a utilizar (y hacer) los títeres de mesa y tener ejemplos de cuentos y muchas más Rimas para llevar a los niños hacia la calma… te recomiendo mi curso on-line El cuento como herramienta pedagógica.

Y es que, si desde pequeños les ayudas a concentrarse en actividades tranquilas (cuentos o Rimas), facilitas que más adelante estén atentos en clase a las explicaciones de matemáticas, ciencias o historia.

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Sobre la autora
Tamara Chubarovsky

Soy creadora de las Rimas con Movimiento® y de Thono® (terapia holística del nombre), así como del uso del cuento como herramienta pedagógica.

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